Hacer un uso más eficiente del tiempo y aumentar la motivación de los estudiantes en las clases son algunos de los beneficios que reportan las escuelas. Pero faltan mediciones nacionales.

Estudiantes de 3° medio del Liceo Bicentenario Matilde Huici Navas, de Peñalolén, sacan sus celulares y escanean un código QR que se proyecta en el pizarrón. Se trata de la clase de Ciencias Naturales, donde a través de la aplicación Argumentapp tendrán que resolver una pregunta desafiante, como ¿hay alimentos buenos y malos?, y luego exponer sus ideas en una pizarra digital, compartiendo sus aprendizajes y argumentos.

Este tipo de experiencias educativas se están volviendo cada vez más comunes en las aulas, lo que ha ido de la mano con un fuerte crecimiento de las tecnologías educativas

‘Cada profe tiene una sesión en la plataforma, a través de ella se crean las clases y con un código QR el estudiante ingresa a la clase. No solamente desde una tablet, sino que lo puede hacer desde su mismo teléfono. Hay que fijarse que la pregunta que uno formule genere discusión’, explica la profesora Claudia Araya. Y opina: ‘Creo que es bueno que el celular se incorpore como parte de la estrategia de la clase y no siempre sea visto como algo negativo’.

Este tipo de experiencias educativas se están volviendo cada vez más comunes en las aulas, lo que ha ido de la mano con un fuerte crecimiento de las tecnologías educativas —conocidas como ‘EdTech’— no solo en Latinoamérica, sino que también en Chile.

Así lo muestra un informe de Innspiral, una aceleradora de innovación, que señala que en el país las ‘EdTech’ aumentaron de 66 a 166 en los últimos 10 años. El crecimiento en Latinoamérica ha sido de 704 a 2.488, es decir, el triple.

Según explica Camila Mohr, gerenta general de Innspiral, el aumento de este tipo de tecnologías en el país se debe a los desafíos educativos que presenta Chile. ‘Si vemos el estudio PISA 2022, estamos muy por debajo en los resultados obtenidos por la OCDE’, señala. Y agrega que si bien ‘las ‘EdTech’ no van a solucionar el problema, son un complemento a las salas de clases’.

No obstante, también advierte que todavía falta demostración empírica sobre el verdadero impacto de estas tecnologías en mejorar los aprendizajes. ‘Hay 500 mil apps de educación. Es un universo gigantesco. ¿Quién me certifica que yo voy a aprender y de la manera correcta? Eso no existe. Falta una colaboración para que se cree una certificación a nivel internacional’, dice.

En los colegios el Mirador de Puente Alto y San Fernando de Peñalolén, de la red Feduca, también incorporan tecnologías como parte transversal de su proyecto educativo. Una es Swarmob, una plataforma digital para la implementación de la metodología Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP). Por un lado, permite la colaboración entre docentes para planificar desafíos interdisciplinarios que abordan problemáticas sociales y medioambientales alineadas con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, y por otro, conecta proyectos de diferentes territorios. Por ejemplo, estudiantes de Chile que crean proyectos para resolver la escasez de agua potable pueden intercambiar ideas con escolares de México y conocer cómo es esta realidad allá.

Rodrigo Bosch, fundador de la red Feduca, dice que usar ‘EdTech’ permite aumentar la motivación de los estudiantes, ya que el lenguaje digital les es más propio, sin embargo, considera que ‘no es la bala de plata. Las plataformas ayudan, pero es necesario que los colegios aprendan de estos procesos, evalúen el impacto, analicen datos, para ir tomando decisiones en base a lo que está funcionando y lo que no’.

Camila Espinoza, coordinadora académica de Betterland School de Lo Barnechea, explica por qué han adquirido este tipo de tecnologías, en su caso Ummia, para la planificación de clases. ‘Una de las labores docentes que mayor tiempo utiliza, fuera del aula, es la preparación y planificación de clases’. En esa línea, opina que ‘usar una plataforma con inteligencia artificial (IA) permite optimizar los tiempos. Obviamente, el docente debe ajustar y desarrollar sobre la propuesta que realiza la IA, sin embargo, entrega una primera propuesta sobre la que trabajar, lo que acelera el proceso inicial de creación’, valora.